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PRÓLOGO


por Filoteo Samaniego

px La presencia en París de Rocío Durán-Barba, le ha permitido terminar sus largos e importantes estudios realizados en el Ecuador, en los Estados Unidos, en Viena y en Francia. Su infatigable vida de trabajo la ha dedicado a convertirse en una permanente difusora de la cultura de nuestro país en la capital francesa y a la vez, del país galo en el mundo entero. Esta obra, ha podido divulgarse a través de más de una docena de libros y de una colaboración constante en revistas europeas y en periódicos ecuatorianos. Con todos estos antecedentes, podemos explicarnos la calidad de sus publicaciones, dentro de las que cabe citar su novela París sueño eterno, su obra histórica El fin de la Revolución Francesa y en lo que toca a nuestro país, sus Crónicas desde París en las que resume, entre otras cosas, interesantes estudios sobre las relaciones entre Francia y Ecuador, sobre aspectos de actualidad en la política mundial y por supuesto sobre diferentes aspectos de la cultura ecuatoriana.





pxHoy nos entrega una obra relativa a un tema que fue siempre interesante en la producción literaria del Ecuador, esto es sobre el indigenismo, su significado y el conocimiento que el mundo tuvo de esta tendencia cuyo máximo exponente fue la novela Huasipungo de Jorge Icaza, la que, junto a la de otros autores ecuatorianos, y entre ellos Fernando Chávez y el “Grupo de Guayaquil”, se regaron por el mundo como un “boom” no sólo en innumerables ediciones sino en las traducciones realizadas en varios idiomas, lo que significó un enorme prestigio para el Ecuador.
pxPero curiosamente, si esta situación favorable se extendió en la década del año treinta al cuarenta, pasó con la misma rapidez de su ascenso, a una situación de olvido aparentemente inexplicable.
pxRocío Durán-Barba realiza un auténtico estudio sobre la literatura indigenista, sobre su prestigio universal, particularmente en Europa y sobre el problema mismo de la literatura indigenista que, en principio, se explica por la existencia de una “bi-civilización” característica de la composición etnográfica de nuestro país.


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