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INTRODUCCIÓN

pxCada vez que una fecha trae el recuerdo de la Revolución Francesa, el tema despierta. Vuelve a ser objeto de enorme polémica. Comentarios pululan. El capítulo anima a todos: estudiosos y simples lectores de los cambios del mundo y de las sociedades. Y su recuento causa indefectiblemente reacción vertical. A veces, delirio; otras, espanto abismal.
px1999 marca el bicentenario del fin de la Revolución. Como tal, es una brillante ocasión para reabrir la Historia. Evocar sus diversos e infatigables momentos. Dar aliento a sus episodios nuevos-viejos; figurados-desfigurados; con sus hechos distintos. Dar cuerda a sus laberintos. Recordar que, durante el siglo XVIII, Francia era un país descollante en Europa. Y entonces, buscar las posibles razones y respuestas a una convulsión inaudita que hizo temblar al planeta. Puso fin al régimen feudal y a las instituciones medioevales. Y dio paso a la emergencia de un mundo radicalmente distinto. El nuestro. El de la sociedad burguesa y de la economía capitalista.
pxEl fin de la Revolución Francesa contempla, en la primera parte, una corta y puntual de lo que fue esta explosión. Explosión larga-compleja que se ha convertido




en lo inextricable debido a la multiplicidad de las interpretaciones y los recuentos históricos que existen. Como todos sabemos, hay verdaderas bibliotecas sobre el tema. Colecciones de libros interesantes, cierto; pero ante todo, llenos de relaciones filosóficas, políticas, nombres y recordatorios complicados. Este apartado señala, además, aunque sea muy brevemente, “algunas verdades” sobre ciertas líneas que fueron desfiguradas, sucesos que tomaron excesivamente de lo novelesco; y pasajes que estuvieron destinados, hasta hace pocos años, a la “historia del olvido”.
pxLa segunda parte, recoge algunos de los capítulos inolvidables y temas que suenan-resuenan hasta hoy en día. Y la tercera, un comentario sobre lo que han sido las grandes celebraciones rememorativas de la Revolución en Francia.
pxEl título del libro hace alusión al hecho de que en 1999 se cumplen dos siglos desde que, con el fin de la Revolución Francesa quedó escrita una página permanente de la Historia universal, al mismo tiempo que se inició para Francia la era del imperio napoleónico. Etapa gloriosa. Otro brillo... o continuación del mismo. Del poder absoluto de un emperador.

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